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Arte Rupestre en la Patagonia

Imagen de Arte Rupestre en la Patagonia

Las pinturas del abrigo rocoso Los Toldos en Patagonia central, sobre la costa atlántica, tienen una antigüedad cercana a los 10.000 años.

Presentación

En las inmediaciones del lago General Carrera, al oriente de los Andes australes, se encuentran manifestaciones de arte rupestre, que conforman el denominado "Estilo de Arte Patagónico", que es el más antiguo de América del Sur. Sus representaciones más conocidas son las de manos, las escenas de guanacos y las grecas que, aunque mal conservadas, alcanzan hasta algunos aleros de la región de pampas que se extiende al norte del Estrecho de Magallanes. Debido al aislamiento de la Patagonia respecto a las corrientes culturales, las características básicas del estilo permanecieron inalteradas por milenios. Así lo demuestran las pinturas del abrigo rocoso Los Toldos en Patagonia central, sobre la costa atlántica, que tienen una antigüedad cercana a los 10.000 años.

En épocas posteriores, estas manifestaciones artísticas se desarrollaron especialmente en la Patagonia oriental, pero también en la zona subandina al occidente de la línea de la frontera chileno-argentina, en algunos puntos donde las condiciones del ambiente geográfico de Chile conservan rasgos de la pampa. Las muestras más importantes de este arte se encuentran en las bardas que flanquean al Río Ibáñez, hacia la ribera norte del lago General Carrera y, sobre todo, en la Cueva del Río Pedregoso, situada a unos 20 km al sur de la ribera de ese lago y de la localidad de Chile Chico.

El motivo más definitorio está constituido por las improntas de manos, especialmente de sus negativos, también llamadas "manos estarcidas". Estas imágenes son producto del sopleteo de pinturas de variados colores alrededor del contorno de la mano, apoyada sobre la superficie rocosa. Los colores más usados son el rojo, el negro, el blanco y el amarillo, y también, en tiempos más tardíos, el verde y el azul. Con mucho menor frecuencia, se encuentran pintadas manos en positivo. Las superposiciones y el abigarramiento son características frecuentes en estas representaciones.

Otro componente del arte patagónico es la representación de escenas protagonizadas por los animales más apetecidos por el cazador de las pampas: el guanaco y el avestruz sudamericana -ñandú-. Se hayan representadas escenas de caza, hileras de guanacos a la carrera, guanacos grávidos, guanacos paciendo, o guanacos deformados de lomo arqueado y cogote extraordinariamente alargado, como ocurre en la Cueva del Río Pedregoso.

Para las riberas del Río Ibáñez se ha documentado una tierna escena en que un guanaco hembra amamanta a su cría junto a grecas y laberintos. Estos motivos abstractos tienen en el Río Ibáñez su punto más austral de distribución. Tales motivos ornamentales son de muy elaborada ejecución y podrían ser análogos a los de los quillangos, capas de piel de guanaco decoradas, utilizadas por los tehuelches o aonikenk. Estos grupos fueron excelentes cazadores de este animal, y habitaban este territorio a la llegada de los españoles. Posiblemente fueron los últimos cultores de este arte.

Justificación del Valor Universal Excepcional

Criterios cumplidos:

Creemos que el Arte Rupestre de la Patagonia cumple con los criterios asignados con la letra i, ii y iii, establecidos en el párrafo 24 de la Guía Operativa para la Implementación de la Convención del Patrimonio Mundial.

Criterio i

Al ser una manifestación artística de una cultura arcaica de cazadores, las pinturas rupestres de la Patagonia representan de un modo patente la necesidad de expresión artística del hombre, que es una de las pruebas más fehacientes de su genio creativo.

Criterio ii

El estilo de arte que se propone considerar como patrimonio mundial es una tradición iniciada por los primeros pobladores del extremo sur de América, hace unos 10.000 años, y se mantuvo como tal durante varios milenios.

Criterio iii

Estas pinturas son el más valioso testimonio de la cosmovisión de los primeros habitantes del extremo sur de América.

Garantías de autenticidad e integridad:

Las pinturas rupestres de la Patagonia son bienes arqueológicos protegidos por la Ley Nº17.288 de Monumentos Nacionales de Chile, la que los define de propiedad estatal y establece que toda investigación de campo que en ellas se practique debe contar con la autorización del Consejo de Monumentos Nacionales. En lo que concierne a Argentina, su legislación también protege a estos bienes.

Comparación con otras propiedades similares:

Las pinturas rupestres de la Patagonia constituyen un conjunto representativo de una tradición artística, desarrollada por los primigenios pobladores de la América austral. Como tales, no tienen parangón.