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Pabellón Valentín Errazuriz y otros pabellones del Hospital San Borja Arriarán

Decretos: 
Localización: 
Metropolitana de Santiago, Santiago, Santiago
Dirección: 
Santa Rosa 1234
Categoría: 
Monumentos Históricos
Tipología: 
  • Inmueble
  • Equipamiento
  • Salud (Hospitalaria o de Asistencia)

En nuestro país existen invaluables bienes que dan cuenta de la historia de la salud. Establecimientos hospitalarios, mobiliarios, utensilios médicos, obras pictóricas, documentos y archivos, son testimonio de la evolución de la atención asistencial en el ámbito de la salud pública desde mediados del siglo XIX. La necesidad de conservación y puesta en valor de este legado cultural, ha motivado durante los últimos años la creación de organizaciones especializadas en el ámbito, que han realizado un importante trabajo de protección de tal patrimonio mediante declaratorias de Monumentos Nacionales. Un ejemplo de ello es el Hospital San Borja Arriarán, y particularmente sus pabellones.

La construcción de este recinto hospitalario data de las primeras décadas del siglo XX, específicamente entre 1913 y 1924. Fue promovida por la Junta Central de Beneficencia para transformarse en el segundo Hospital de Niños de Chile, dada las graves epidemias de principio de siglo. En 1925 se realizó en sus dependencias el Congreso del Niño, por lo que hubo que ampliar la infraestructura, construyendo una serie de pabellones, dentro de los que destaca el Pabellón Valentín Errázuriz. A cargo de estas nuevas edificaciones estuvo el destacado arquitecto Emilio Jecquier. La obra fue un conjunto formado por cinco pabellones que se ordenan en torno a una plazoleta interior: Pabellón Errázuriz, Pabellón Petronila Salamanca, Pabellón Juana de Jesús, Pabellón Manuel Orellana y Pabellón Carmen y Dolores Arriarán.

El pabellón principal posee un volumen de tres pisos, con una planta de forma de H con dos volúmenes ubicados de norte a sur. La estructura del edificio y refuerzos de albañilería son de hormigón armado, al igual que las losas del entretecho. Posee una techumbre conformada por tijerales de roble que sostienen la cubierta. Su estilo arquitectónico es ecléctico, aunque se aprecia la influencia del estilo Normando en frontones y tímpanos de cubierta, Neoclásico Palladiano en el uso de la planta zócalo y columnas y Románico en el uso de algunos triforios principales. Una de las características más significativas de los pabellones es que su arquitectura y organización espacial fue pionera en cuanto a la necesidad de aislamiento clínico de principios del siglo XX.

Los pabellones fueron una nueva solución para el problema de las epidemias de enfermedades infecciosas, ya que cada pabellón contó con sistema de aislación a través de puertas y accesos independientes, que permitían al mismo tiempo tratar a varios grupos de pacientes con infecciones diferentes. A su vez, los pabellones mayores permitían trabajar de forma complementaria en sus primeros pisos con el pabellón menor, según la cantidad de enfermos. Complementariamente, cada pabellón tenía asignado un trozo de patio separado por un cerco de rosas a fin de que los pacientes lo utilizaran en su proceso de recuperación. Tal sistema fue precedente para los hospitales que se construyeron posteriormente en Chile. Durante el 2009 fue declarado Monumento Nacional. Pese a su larga historia, este recinto se ha mantenido en funcionamiento ininterrumpido, siendo hasta el día de hoy el más amplio e importante departamento del Hospital San Borja Arriarán.