Iglesia de Nama

Nama es parte de un grupo de Iglesias Altiplánicas, construidas en la Región de Tarapacá durante el proceso de evangelización realizado por sacerdotes españoles a los pueblos originarios de esta región. Por lo tanto su arquitectura y las manifestaciones religiosas que se desarrollan en torno a la Iglesia, son el producto de una síntesis entre ambos pueblos, un espacio que refleja sincretismo religioso y cultural. Nama se encuentra a unos 3.000 metros de altura, en la Quebrada de Suca, tributaria del sistema precordillerano de la Quebrada de Camiña, lugar donde se funda el año 1600 una de las primeras Doctrinas Cristianas. Desde entonces esa zona ha sido fundamental como un lugar de encuentro para los fieles que van desde diversas comunidades cercanas o lejanas, para participar de celebraciones religiosas como el Corpus Christi, el mes de María, la Semana Santa, o la fiesta de Santo Tomás patrono de Camiña.

Asimismo, el sector de Camiña fue habitado históricamente por comunidades Aymaras, siendo hoy sus iglesias un lugar donde aún se realizan las celebraciones religiosas y perviven tradiciones ancestrales de las comunidades Aymaras. La Iglesia y Capilla de Nama conforman una unidad procesional y de fe, vinculando el espacio del pueblo antiguo con el nuevo. Existe entre ambas un circuito que da soporte a las celebraciones tradicionales de la comunidad, conformado por la Iglesia, la Capilla, la ruta en sí y los cerros tutelares con sus respectivos calvarios. Una de las fiestas de mayor importancia en Nama es la de la Santa Cruz de Mayo. La Iglesia de Nama dataría, según la inscripción de su campana, de 1870, siendo posterior a la Capilla. Se emplaza sobre una plataforma y constituye el núcleo de la trama urbana de lo que se conoce como pueblo nuevo.

Domina el paisaje de la Quebrada y el espacio productivo, articulando ambos de modo funcional y simbólico. La construcción es un volumen simple conformado por una nave central, encabezada por el altar mayor que contiene un retablo de madera policromada, sobre una base maciza de piedra y tierra. Posee tres pórticos de acceso confeccionados en madera y enmarcados por columnas del mismo material. La Iglesia contaba con dos torres campanario adosadas a la fachada principal, de adobe, incluyendo su chapitel, de los cuales en la actualidad sólo existe una, reconstruida por la comunidad luego del sismo del 13 de junio de 2005, con la misma técnica tradicional, lo que da cuenta del conocimiento, manejo y respeto por etos bienes asociados a un saber ancestral. En tanto, la Capilla de la Santa Cruz de Nama, fue construida unos 15 años antes y está dedicada a la devoción de la Santa Cruz de Mayo.

De apenas 35,38 m2, su pequeño tamaño se explica porque Nama antiguo era un caserío de solo siete casas. La capilla marca el núcleo fundacional del poblado y se emplaza sobre una pequeña colina, muestra de sincretismo religioso, pues es muy probable que esta colina haya sido utilizada como cerro ceremonial local o mallku menor. Su única nave está encabezada por el altar mayor, el cual contiene un retablo modelado en el muro testero. Tiene una cubierta a dos aguas, recuperada con la técnica ancestral y la utilización de madera de cactus, barro y paja. En el acceso, el portal está levemente retranqueado y flanqueado por los muros de la nave. Se enriquece con pilastras y dintel que enmarcan la puerta principal. Sobre éste, existe una pequeña hornacina dispuesta en la parte central de tímpano.