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Edificios del Club Hípico

Componentes: 
Galería, tribuna y concha acústica
Localización: 
Metropolitana de Santiago, Santiago, Santiago
Dirección: 
Avenida Blanco Encalada 2540
Referencia Localización: 
Abate Molina y Av. Almirante Blanco Encalada (Club Hípico)
Categoría: 
Monumentos Históricos
Tipología: 
  • Inmueble
  • Equipamiento
  • Deportivo

Durante la segunda mitad del siglo XIX se vivió un importante desarrollo urbano centrado, principalmente, en las ciudades de Santiago y Valparaíso lo que produjo en el país una sensación de progreso y creó nuevas necesidades económicas y sociales. Las obras públicas fueron el sector donde más se notó la acción del Estado sobre la ciudad, logrando una coordinación entre las autoridades y la acción de los particulares. A partir de 1870 se buscó realizar la transformación de Santiago, para lo cual se compraron terrenos que darían nacimiento a nuevos barrios. En este contexto se encuentra la creación del Club Hípico que fue construido al mejor estilo de los que se usaban en Europa, para lo cual se adquirieron los terrenos de la chacra Padura conjunta al Parque Cousiño, en la que se trazaron las canchas , edificios y jardines complementarios. Su primer programa de carreras se llevó a cabo el 20 de septiembre de 1870, bajo la dirección de su primer presidente Francisco Baeza Sotomayor. Las carreras tuvieron un éxito inmediato, atrajeron a un gran público y se constituyeron al mismo tiempo en un espacio social de la elite nación. La primera construcción fue hecha en base a madera y cristal, pero fue completamente destruida por un incendio en 1892. Entre 1918 y 1923, según los planos del arquitecto Josué Smith Solar, se construyó el nuevo edificio, de tres cuerpos y seis niveles de altura levantados con hierro, hormigón armado y cristal logrando conformar una unidad de imagen y de diseño paisajístico. Smith Solar desarrolló un estilo principalmente eclético. La construcción de las tribunas de socios se encuentran orientadas hacia la cancha y el oriente, con el fin de aprovechar la vista hacia la cordillera. Para proteger a los asistentes del sol y la lluvia creó una marquesina de hormigón armado, que vuela sobre las galerías y es sostenida por unas vigas del mismo material, logrando una combinación de ingeniería y arquitectura clásica.