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Caserío de Conchi Viejo

Localización: 
Antofagasta, El Loa, Calama
Categoría: 
Zonas Típicas
Tipología: 
  • Pueblo Tradicional

El pueblo de Conchi Viejo es un antiguo paraje de ocupación prehispánica que se encuentra a unos 80 kilómetros de Calama, a orillas del rio Loa. Esta aldea atacameña cuenta con un pasado minero desde el siglo XVII, donde se explotaba la atacamita y los carbonados de cobre. Es un pequeño poblado típicamente andino, con edificaciones en base a piedra, barro y cemento. Se pueden encontrar aún pequeñas casas con techos de paja brava, aunque la mayoría han sido reemplazados por calaminas u otras nuevas materialidades constructivas. Dentro de los edificios destacados del poblado, está su Iglesia.

Construida a partir de piedra y barro muy bien labrado, posee dos capillas laterales, un tradicional campanario y un techo de dos aguas de paja brava. Los muros al interior de la iglesia están decorados con frescos que datan del siglo XIX. Posee un altar mayor con cuatro nichos adornados bajo un estilo que podría llamarse "barroco rústico" y que correspondería al año indicado en su frontis: 1784. En las cuatro esquinas del amplio patio alrededor de la capilla hay templetes o "pozas" de forma singular, muy común en este tipo de construcciones. Sus muros blancos contrastan con los dinteles y pórticos de color celeste. A la iglesia se suma el piso y sendero peatonal levantado con rocas extraídas de canteras cercanas, un cementerio y milenarios sitios arqueológicos. Otro de los atributos relevantes del poblado son sus fiestas religiosas.

Cada 15 de julio regresan sus antiguos moradores para la fiesta religiosa de la Virgen del Carmen. Bailes y cantos tradicionales protagonizan la jornada, conformando parte relevante de la religiosidad andina popular y patrimonio cultural local. Todos estos elementos fueron la base para que el año 1996 se declarase Zona Típica. Lamentablemente, durante los últimos años ocurrió un suceso que perjudicó de forma relevante el patrimonio cultural local. Luego de un proceso de restauración de la iglesia desarrollado el año 2010, el inmueble sufrió serios daños. Tanto los muros exteriores como el campanario y el piso fueron cubiertos por cemento y los frescos de las murallas tapados con estuco. Las obras estuvieron a cargo de una constructora de la región y comuneros de zonas aledañas, quienes no respetaron los acuerdos de trabajo asumidos con el Consejo de Monumentos Nacionales. Actualmente se intenta reparar estos daños.