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Las casas de San Ignacio de Quilicura

Componentes: 
Casa y parque que las precede
Localización: 
Metropolitana de Santiago, Santiago, Quilicura
Dirección: 
Caupolicán 8611
Categoría: 
Monumentos Históricos
Tipología: 
  • Inmueble
  • Residencial
  • Vivienda

En el camino internacional a Mendoza, emplazadas al pie del faldeo cordillerano en la portezuela de Pan de Azúcar, se ubica el conjunto de casas denominado como San Ignacio de Quilicura, importante representante de la arquitectura colonial e hito del camino entre Santiago y la frontera cordillerana. La historia de las Casas tiene su origen en la figura del aristócrata español Juan Antonio de Araoz, quien adquirió la Hacienda de Quilicura y mandó a construir una casa de adobe y teja colonial, la que sería donada a los jesuitas en 1757 como muestra de su devoción a San Ignacio de Loyola, dando el nombre actual al conjunto. El conjunto fue edificado por etapas durante la segunda mitad del siglo XVIII. A la casa construida por Araoz se sumaría una capilla edificada por los jesuitas. Sin embargo, tras la expulsión de la orden en 1767, el terreno pasó a manos de la Corona española. Tras la Independencia, pasó a ser administrada por distintos criollos locales que le dieron una identidad como espacio de encuentro ilustrado, pues debido a su ubicación, el conjunto se transformó en parada obligada de ilustres visitantes a la naciente República de Chile. San Ignacio de Quilicura fue testigo de las vicisitudes de la Independencia; el éxodo de las figuras de la Patria Vieja luego del desastre de Rancagua pasó frente a sus puertas en ruta hacia Mendoza. En la jornada de Chacabuco el ejército de los Andes en su marcha victoriosa hacia Santiago, cuenta la tradición, se detuvo en su capilla para dar acción de gracias por el triunfo obtenido. Hacia 1852, Francisco de Paula Figueroa hereda los terrenos y, junto a su mujer, Rosalía Larraín Echeverría, elaboran un programa para potenciar la productividad de la Hacienda. Transformaron la casa en su residencia y decoraron con lujo la capilla, la que fue reinaugurada ese mismo año por el Arzobispo de Santiago. La casa, único vestigio de estos eventos, es una construcción típica del modelo colonial de hacienda. Se estructura en base a corredores perimetrales en torno a patios interiores y enfrentados a un parque. Adosada a la casa se conserva la capilla, de fachada neoclásica, aún conserva su torre de alerce y su retablo original. Debido a estas características, y al interés del Gobierno por preservar los valores que representa, las Casas de San Ignacio de Quilicura fueron declaradas Monumento Histórico Nacional en 1980. En la actualidad es administrado por particulares y funciona como centro de eventos. Decreto 8377 (1980)