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Casa de José Joaquín Vallejos

Otras denominaciones: 
Casa Jotabeche
Localización: 
Atacama, Copiapó, Tierra Amarilla
Dirección: 
Calle Colipi s/n
Categoría: 
Monumentos Históricos
Tipología: 
  • Inmueble
  • Residencial
  • Vivienda

La casa de José Joaquín Vallejo (Jotabeche) se ubica al sur de Tierra Amarilla, en la localidad de Totoralillo, a 30 kilómetros al sur de Copiapó, III Región de Atacama.

El inmueble fue construido durante los primeros años del siglo XIX, acorde a los patrones arquitectónicos de la elite rural: casas de tipo colonial cuyo trazado se basaba en ángulos rectos, abundantes habitaciones y corredores. Contemplaba también espaciosos jardines, con especies arbóreas tanto nativas como exóticas de gran tamaño. La materialidad también es heredera de la técnica colonial destacándose el adobe para los muros y las tejas de arcilla cocida en las cubiertas del techo, las cuales a su vez son soportadas por contrafuertes hechos de gruesas vigas y pilares. El piso está recubierto por madera en los recintos interiores y piedra en los corredores exteriores.

La casa fue adquirida por José Joaquín Vallejo después de haber emprendido con éxito una serie de inversiones mineras en los alrededores de Copiapó, y muy especialmente, con el descubrimiento del mineral de plata de Chañarcillo en 1832. Es luego de este acontecimiento que Vallejo decide participar a modo de accionista en la construcción del primer ferrocarril del país, que unía Caldera con Copiapó. De hecho, la casa se encuentra frente a la estación de trenes de Totoralillo, en la cual se instaló una pequeña maestranza. La estación tomó el nombre de Jotabeche por la cercanía de la casa y por la vinculación con su dueño, que ya asomaba como importante actor de la vida social intelectual y empresarial de la zona y del país.

Dentro de la vida cultural de la época, Jotabeche destaca como escritor y periodista, fue considerado parte de la Generación del 42 y exponente del costumbrismo y del nacionalismo literario. Además, participó de conocidos debates junto a intelectuales como Andrés Bello y Domingo Faustino Sarmiento, lo que le valió reconocimiento dentro de los círculos ilustrados y políticos.

Por el valor cultural que reviste su obra y su presencia en la localidad de Tierra Amarilla en 1977 el Consejo de Monumentos Nacionales declaró su residencia Monumento Histórico.

Decreto 1026 (1977)